La temporada de ofertas de fin de año, que inicia oficialmente con El Buen Fin, está a la vuelta de la esquina y para este 2022 se prevé que se mantendrá el auge del comercio electrónico, que tuvo un crecimiento meteórico a raíz de la pandemia de covid-19.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), en 2021 el comercio electrónico alcanzó un valor de mercado de 401.3 mil millones de pesos, lo que significó un incremento de 27% respecto al 2020, año en que tuvo un alza del 81%. Asimismo, hoy el canal digital representa el 11.3% de las ventas totales del sector retail en México, mientras que en el año previo era el 9%.
Pero esta evolución en los nuevos hábitos consumo también ha atraído la atención de la delincuencia, que rápidamente ha logrado identificar las brechas de seguridad que existen hoy en día entre los usuarios, las tiendas online y los bancos, lo que ha llevado a que los fraudes a través de esta vía estén creciendo más de un 300%, según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
“Las medidas sanitarias que tuvieron que implementarse para frenar la pandemia nos tomaron un poco desprevenidos y la mayoría de las empresas, en aras de crear alternativas eficientes y rápidas para no perder la relación con los clientes, crearon tiendas online sin candados adecuados de protección, lo que ha desencadenado un alza en los fraudes electrónicos. Es por ello que ahora debemos seguir avanzando en la utilización de herramientas tecnológicas que protejan tanto a consumidores como a empresas”, explicó Adolfo Loera, CEO de Biometría Aplicada.
Alternativas regulatorias
Un ejemplo de las medidas que se están utilizando en el mundo para prevenir este tipo delitos es la Normativa Europea PSD2, que fue aprobada en el 2015 pero que entró en vigor el 1 de enero de 2021, la cual refuerza la seguridad en las transacciones de comercio electrónico mediante la doble autenticación o Strong Customer Authentication (SCA), con la cual ya no basta con un código numérico para autorizar el pago, sino que el cliente deberá usar, al menos, otro método de validación, como un elemento inherente único, que podría ser una biometría.
En México, algunas plataformas utilizan ya la autenticación biométrica, pero se basan en los datos recabados por el teléfono celular, es decir, con la huella que se registra para desbloquearlo. Esto limita la seguridad de la operación, porque si el teléfono está desbloqueado y la aplicación tiene una sesión abierta, cualquiera puede hacer compras.
Aunque una legislación similar a la Normativa Europea PSD2 podría ser una excelente alternativa para México, su implementación parece lejana aún, debido a que el sistema bancario nacional apenas está cumpliendo con la regulación que les pide integrar una base de datos con los biométricos de sus clientes y pasarán algunos años antes de que puedan ofrecer servicios complementarios.
Ante ello, Loera sugiere que los comercios sean proactivos e implementen soluciones tecnológicas que permitan garantizar la seguridad de las interacciones con sus clientes, evitando con ello las pérdidas económicas por logística y sobrecargos – mecanismo creado para solucionar aquellos casos donde no se reconoce la compra cargada a la tarjeta de crédito o débito- y también daños a su reputación, ya que difícilmente un usuario regresa a una plataforma que le generó un cargo no reconocido.
“Los comercios podrían implementar un proceso de onboarding digital, es decir, un registro previo de la identificación oficial del cliente -la cual puede ser validada con herramientas tecnológicas- y de sus biometrías, en este caso se sugiere que sea el rostro por su practicidad, y se liguen a la información de su tarjeta, para que cuando realice la compra sólo le pidan tomarse una selfie para validar su identidad y proceder al pago”, indicó el experto.
Estos procesos se pueden realizar a través de soluciones como Identitum Cloud, de Biometría Aplicada, que al operar desde la Nube demanda una baja inversión y sus costos de mantenimiento también son mínimos, lo que la hace accesible para negocios pequeños y medianos.
¿Qué podemos hacer como usuarios?
Mientras las regulaciones se ponen al día con los avances tecnológicos y las empresas logran garantizar una mejor seguridad de sus operaciones, como usuarios tenemos algunas opciones para protegernos de los ciberdelincuentes.
Antes de comprar se te recomienda:
- Acércate a la institución emisora de tu tarjeta y solicita activar las alertas en tu teléfono cuando se efectúa un movimiento, para que, en caso de cargos no reconocidos, puedas solicitar de forma inmediata el bloqueo del plástico.
- Mantente informado sobre los diferentes modus operandi que los delincuentes usan para engañar a sus víctimas. De esta forma podrás identificar algunos elementos anormales que te llevarán a investigar un poco más sobre la tienda digital antes de realizar la compra.
- Evita el acceso a ofertas que lleguen vía correo electrónico, ya que pueden llevar a lugares no seguros. En su lugar, entra directamente a la página del comercio.
- Instala un antivirus en tu equipo de cómputo o teléfono inteligente y mantenlo actualizado.
Asimismo, durante las compras debes:
- Comprobar la presencia de un pequeño candado cerrado en la ventana del navegador antes de introducir los datos de tu tarjeta.
- Guardar o imprimir los comprobantes de pago, así como la confirmación de la compra, ya que los necesitarás en caso de una reclamación o devolución.
- Cuida tu presupuesto, analiza y compara lo que realmente es necesario comprar.