¿La compra de Twitter por parte de Elon Musk beneficiaría a la biometría?

Gran revuelo causó la noticia de que Elon Musk, uno de los empresarios más prominentes del mundo tecnológico, comprará Twitter por un total de 44 mil millones de dólares, con lo cual la compañía se volverá privada, es decir, ya no será propiedad de accionistas.

Uno de los puntos que más llamó la atención fue la declaración del también dueño de Tesla, en la que dice que mejorará a la red social con nuevas funciones, “haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, derrotando a los bots de spam y autenticando a todos los humanos. Twitter tiene un enorme potencial. Espero trabajar con la empresa y la comunidad de usuarios para desbloquearlo.”

Aunque para muchos esto es una señal de que el empresario buscará democratizar aún más la red social, priorizando la libertad de expresión y haciéndola más transparente al buscar la autenticación de los usuarios, esto también encendió la alerta de los expertos en privacidad.

Y no se trataría de temores infundados, ya que en los últimos años hemos visto que empresas como Facebook y Amazon, por mencionar algunas, se han dado a la tarea de recabar datos de sus usuarios y los han utilizados para fines no del todo claro para quienes aceptan sus términos y condiciones.

En febrero pasado, el estado de Texas presentó una demanda en contra de Meta, la empresa matriz de Facebook, bajo el argumento de que recopiló datos biométricos de los usuarios sin su consentimiento e incluso obtuvo información de personas que no utilizaban la red social, lo cual representa una violación a la ley de captura o uso de identificadores del estado.

Esta práctica se habría llevado a cabo durante la última década y la información fue obtenida a través de las fotografías y videos que se cargaron a la plataforma. Las autoridades texanas afirman que estos datos fueron comercializados y dejaron ganancias millonarias al imperio de Mark Zuckerberg.

No es la primera vez que Facebook enfrenta una controversia de este tipo. El año pasado el estado de Illinois alegó que la empresa había violado su ley de privacidad de información biométrica al almacenar datos de los rostros de personas sin su consentimiento con su herramienta de etiquetado de fotos. El caso se resolvió con un acuerdo monetario por 650 millones de dólares y la red social tuvo que cerrar su sistema de reconocimiento facial y eliminó las plantillas individuales para más de 1,000 millones de personas.

Amazon también ha estado en la mira de las autoridades en varios países de la Unión Europea y en Estados Unidos debido al manejo no autorizado de los datos que recaba. Además, prendió las alarmas cuando ofreció a sus clientes dinero a cambio de inscribirse al medio de pago a través de la biometría de la palma de su mano.

Pese a que la compañía ha prometido que los datos estarán protegidos por múltiples controles de seguridad y el usuario podrá solicitar la eliminación de su información, las autoridades y expertos en ciberseguridad no están muy convencidos.

¿Qué podemos esperar de Twitter?

Para Adolfo Loera, CEO de Biometría Aplicada, las redes sociales son hoy en día uno de los mecanismos más amigables para quienes buscan apoderarse de datos personales y hacer un mal uso de estos. Y no sólo por las estrategias engañosas de las compañías detrás de éstas, sino por el poco cuidado que los usuarios solemos tener al momento de publicar fotografías, videos y datos importantes como nuestro nombre, dirección y fecha de nacimiento.

Recalcó que aunque muchos detractores de la biometría y el almacenamiento de datos personales han centrado el debate en instituciones públicas, que buscan tener acceso a esta información para agilizar bienes y servicios y que deben cumplir con regulaciones específicas en la materia, lo cierto es que a los ciudadanos aún nos falta mucha cultura del cuidado de nuestra información, que solemos compartir sin analizar las consecuencias.

“En México, por ejemplo, sigue habiendo mucho recelo cuando vamos a un banco y nos piden capturar nuestros biométricos, por ejemplo, o más recientemente, se alzaron las voces en contra del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut), pero no actuamos igual cuando bajamos una aplicación que nos hace ver cómo seremos de ancianos o del sexo opuesto, o a que personaje histórico nos parecemos. Eso es mucho más riesgoso, porque mientras los primeros deben cumplir con la ley, a los segundos nadie los supervisa”, advirtió.

Respecto a la compra de Twitter por parte de Elon Musk, el experto en identidades digitales señaló que más allá del impacto político que pueda tener esta transacción, que desde su perspectiva es el principal motivador del empresario para adquirir la red social, será interesante ver la forma en como lleve a cabo “la autenticación de los humanos”.

“Hoy la autenticación biométrica ética, es decir, aquella se realiza para cumplir fines específicos y amparados por la ley, sigue enfrentando el rechazo sustentado en el actuar de unos cuantos, y es que aunque el desarrollo de esta tecnología no ha dependido del sector de las redes sociales, nuestra labor sí ha sido perjudicada por éste. Estaremos atento a cómo Musk y su equipo manejan este importante tema”, concluyó Loera.