¿Conoces las implicaciones reales del metaverso?

Desde que Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, anunció sus planes sobre un concepto llamado metaverso, las especulaciones sobre el tema no se hicieron esperar. Hay quienes se muestran entusiasmados con las posibilidades que promete este, aún imaginario, nuevo espacio virtual, pero también existen comentarios cargados de suspicacia respecto a los riesgos en materia de seguridad.

Ante ello, vamos a esclarecer un poco los puntos oscuros sobre los que se ha construido el temor o la idealización de aquello que el fundador de la gran red social pintó como un universo paralelo y completamente inmersivo, en el que no existirán las limitaciones espaciales y será posible realizar todo tipo de actividades de la vida real.

¿Qué es el metaverso?

De acuerdo con lo explicado por Zuckerberg, el metaverso será un espacio de realidad virtual para la interacción con otras personas, como una extensión del mundo real, pero sin importar las limitaciones físicas. Según lo que se presentó en su momento, cada persona contará con una representación virtual de sí misma para interactuar con sus pares.

También comentó que esta plataforma virtual hará uso de tecnologías como la realidad virtual, el Internet de las Cosas, la realidad aumentada y la inteligencia artificial, uso de reconstrucción en 3D, blockchain y criptomonedas para su economía, todo con el fin de crear un entorno lo más parecido posible a nuestro mundo real.

Mitos, temores y verdades sobre el metaverso

Con todo lo que se ha dicho y lo que se espera del avance de los dispositivos tecnológicos, se cree que la tecnología utilizada para interactuar en el metaverso será capaz de leer con precisión nuestros rasgos y expresiones faciales para reproducirlos en nuestro avatar, un hecho que a su vez podría resultar altamente intrusivo. Y es que, así como éste, han surgido otro tipo de temores.

Robo de datos biométricos

Hoy en día ya existen plataformas digitales inmersivas que emplean lentes o sensores de realidad virtual para crear experiencias realistas, como es el caso de videojuegos que son usados para hacer ejercicio, bailar o hasta tocar un instrumento musical. Por ello, uno de los temas más temidos tiene que ver con la facilidad con la que podrían “robar” nuestros datos biométricos mientras usamos dispositivos de realidad virtual.

Cabe destacar que, más allá de los mitos, los sistemas biométricos son usados precisamente para la identificación segura de las personas, con el objetivo de evitar suplantaciones de identidad, de modo que su tecnología está diseñada para procesar, mediante cifrado, la información tomada de los rasgos del usuario y no puede ser robada ni replicada de forma tan sencilla como se cree.

Los mecanismos de seguridad mediante sistemas de reconocimiento biométricos son cada vez más utilizados en nuestros dispositivos como medida de seguridad y combate al crimen. Si partimos de que el desarrollo del metaverso es un proyecto tan ambicioso que podría tardar todavía un tiempo, esto significa también que los sistemas biométricos habrán evolucionado a la par de las demandas de seguridad y Zuckerberg tendrá que desarrollar una infraestructura para garantizar a los usuarios que mantendrá seguros sus datos.

Mayor riesgo de ciberataques

Uno de los más grandes temores, pero al mismo tiempo uno de los retos del metaverso, es la seguridad de su plataforma, que no debería tener vulnerabilidades para garantizar una experiencia gratificante a los usuarios, lo cual seguramente está considerado dentro de la inversión de 10 mil millones de dólares que Facebook anunció para su proyecto más ambicioso.

Como ya sucede en la actualidad, la educación sobre el uso responsable de las plataformas seguirá siendo una labor de los gobiernos y organismos involucrados para capacitar a los usuarios en el uso seguro del metaverso, de forma que cada uno conozca los riesgos de compartir o subir su información y decida con responsabilidad el uso que hace de ella en el mundo virtual.

Las empresas usarán nuestros datos con fines comerciales 

Otro de los temores es que las empresas puedan llegar a utilizar nuestros datos con fines comerciales. Si bien es cierto que esto podría llegar a suceder por la facilidad con que el ecosistema obtendría datos de nuestros gustos, intereses y comportamiento, lo cierto es que esto ya sucede y sin que estemos todavía dentro del metaverso, ya que no es noticia nueva que Facebook utiliza nuestra información con fines publicitarios.

Esto es un hecho que aceptamos cuando configuramos nuestra cuenta y damos “aceptar” a las políticas de privacidad de la compañía. Además, recordemos que siempre será responsabilidad de cada usuario y una decisión personal lo que compartimos, publicamos o el modo en que usamos nuestras redes sociales personales.

Las personas no querrán vivir en la vida real

Otro de los temores es que las personas quedarán desvinculadas de la vida real por preferir vivir en la realidad virtual. Una idea que si bien tiene algo de verdad, también es cierto que sería tal y como ya sucede en la actualidad. La educación sobre el uso moderado o “saludable” de plataformas virtuales tendrá que irse adaptando.

Hoy en día, de alguna forma, muchos de nosotros vivimos inmersos en plataformas virtuales para gestionar proyectos de trabajo, interactuar con clientes y proveedores, acceder a educación, atención médica y un sinfín de actividades que, más que alejarnos o sustraernos de la vida real, nos hacen más fáciles las actividades relacionadas con esos temas.

Lo cierto también es que el metaverso es un proyecto que aún está en desarrollo, aunque es una realidad que su puesta en marcha, como en todas las tecnologías disruptivas, marcará un antes y un después en la forma en que nos relacionamos, trabajamos o hacemos negocio, pero también proporcionará una serie de conocimientos para proyectos futuros.

Como cualquier avance tecnológico, en un inicio causará desconfianza e incluso rechazo, pero a medida que lo vayamos entendiendo, podríamos ir dejando de lado nuestras reservas. Igual, como cualquier nueva tecnología, su utilización traerá tanto beneficios como riesgos, la diferencia será el cómo los poderosos del mundo decidan utilizarla y la apertura que nosotros como usuarios les demos.